La cultura Maya
Durante el periodo clásico floreció en los bosques tropicales de Mesoamérica una de las culturas más asombrosas de la historia de la humanidad: La cultura maya.
La sociedad de la cultura maya presenta rasgos peculiares que la hacen diferente de las otras sociedades mesoamericanas. Estos elementos distintivos son: el empleo de una escritura jeroglífica compuesta por más de 700 signos; el uso de la bóveda falsa en arquitectura; el desarrollo de una escultura monumental de carácter religioso que asocia la estela y el altar; y , un sistema para medir el tiempo que parte de una fecha concreta.
Así definida, la subárea cultura maya comprende el territorio de los actuales Estados mexicanos de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, parte de los de Tabasco y Chiapas, los Departamentos guatemaltecos de Petén e Izabal, el noroeste de Honduras, y Belice. En total unos 280.000 km cuadrados. El Mayab o País de los mayas se divide en tres zonas ecológicas: la península del Yucatán, la zona central del Petén y las Tierras Altas de Chiapas y Guatemala. De las tres, la más problemática para el progreso humano es la central, ya que la abundancia de lluvias, ríos y pantanos crea un denso bosque de tipo tropical. Paradójicamente, fue en este difícil hábitat donde la cultura maya alcanzaron su mayor esplendor.
La sociedad de la cultura maya presenta rasgos peculiares que la hacen diferente de las otras sociedades mesoamericanas. Estos elementos distintivos son: el empleo de una escritura jeroglífica compuesta por más de 700 signos; el uso de la bóveda falsa en arquitectura; el desarrollo de una escultura monumental de carácter religioso que asocia la estela y el altar; y , un sistema para medir el tiempo que parte de una fecha concreta.
Así definida, la subárea cultura maya comprende el territorio de los actuales Estados mexicanos de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, parte de los de Tabasco y Chiapas, los Departamentos guatemaltecos de Petén e Izabal, el noroeste de Honduras, y Belice. En total unos 280.000 km cuadrados. El Mayab o País de los mayas se divide en tres zonas ecológicas: la península del Yucatán, la zona central del Petén y las Tierras Altas de Chiapas y Guatemala. De las tres, la más problemática para el progreso humano es la central, ya que la abundancia de lluvias, ríos y pantanos crea un denso bosque de tipo tropical. Paradójicamente, fue en este difícil hábitat donde la cultura maya alcanzaron su mayor esplendor.
Organización social
La estratificación social de la cultura maya se basaba en el parentesco. Este hecho, sin embargo, no indica que los mayas formasen una sociedad igualitaria porque sus clanes se dividían en linajes (grupos de familias) inferiores y superiores, según estuviesen más o menos alejados del antepasado fundador. De forma que los descendientes directos del hijo primogénito del creador del clan ocupaban la posición social más elevada, los linajes procedentes de los primogénitos de sus hermanos, la escala inmediatamente inferior, y así sucesivamente. En términos socioeconómicos, el grado de relación con la línea directa del antepasado daba origen a auténticas castas cerradas que condicionaban totalmente la vida de una persona. La pertenencia a un determinado linaje obligaba al individuo no sólo a contraer matrimonio con una persona de su mismo linaje, impidiendo con ello cualquier tipo de movilidad social, sino que, además, le forzaba a vestir de una manera determinada a ejercer la profesión del clan, y a vivir de acuerdo con una conducta prefijada de antemano.
Organización político-administrativa
El gobierno de la comunidad de la cultura maya recaía, en el linaje principal, que monopolizaba las tareas administrativas y, sobre todo, las religiosas. Los descendientes del antepasado fundador eran verdaderos dioses vivientes que ostentaban el mando político, económico, judicial y militar de la comunidad; y como tales tenían derecho a ceder a sus hermanos y sobrinos los cargos políticos de mayor responsabilidad.
El omnipotente poder del Halach Huinic (el hombre verdadero), también denominado Ahau(Señor) emanaba de su papel de intermediario entre sus parientes superiores, los dioses, y sus parientes inferiores, los hombres. El cargo, hereditario, pasaba de padres a hijos; pero si el Ahau moría sin descendencia masculina el título pasaba a las mujeres. Si tampoco dejaba hijas, el cargo era heredado por el hermano de mayor edad, lo cual conducía a una profunda remodelación de los diversos linajes del clan.
El Halach Huinic controlaba la vida de la comunidad desde la capital del distrito ayudado por el resto del linaje gobernante, los bataboob, que se encargaban de administrar los centros secundarios subordinados, presidir los consejos comunales, supervisar la recogida de tributos e impartir justicia.
En épocas de guerra, los bataboob debían ceder su autoridad al nacom, jefe militar supremo que gozaba de plenos poderes durante un período de tiempo no superior a los tres años.
El omnipotente poder del Halach Huinic (el hombre verdadero), también denominado Ahau(Señor) emanaba de su papel de intermediario entre sus parientes superiores, los dioses, y sus parientes inferiores, los hombres. El cargo, hereditario, pasaba de padres a hijos; pero si el Ahau moría sin descendencia masculina el título pasaba a las mujeres. Si tampoco dejaba hijas, el cargo era heredado por el hermano de mayor edad, lo cual conducía a una profunda remodelación de los diversos linajes del clan.
El Halach Huinic controlaba la vida de la comunidad desde la capital del distrito ayudado por el resto del linaje gobernante, los bataboob, que se encargaban de administrar los centros secundarios subordinados, presidir los consejos comunales, supervisar la recogida de tributos e impartir justicia.
En épocas de guerra, los bataboob debían ceder su autoridad al nacom, jefe militar supremo que gozaba de plenos poderes durante un período de tiempo no superior a los tres años.
Economía
En el plano económico, la cultura maya sacó el máximo rendimiento a sus tierras. La actividad agrícola, la principal rama de la producción, se organizaba de acuerdo con el principio de parentesco, lo cual implicaba que la tierra pertenecía al Ahau, encarnación del grupo, quien la distribuía en función de las necesidades de cada familia.
Las cosechas quedaban en poder del campesino, si bien este debía entregar una parte al señor para contribuir al sostenimiento de la familia domínante y del aparato burocrático. La recompensa por esta cesión era doble, por un lado, el linaje gobernante aseguraba la existencia de los campesinos en épocas de crisis al suministrarles alimentos y ropasprocedentes de los almacenes del Estado; por el otro, efectuaba los ritos necesarios para atraerse el favor de los dioses de la lluvia y la vegetación.
La ausencia de excedentes de producción, unida a la división sexual del trabajo existente en la familia maya, impidió la aparición del comercio, salvo el que se daba entre las distintas ciudades-estado, y que consistía básicamente en bienes insuficientes, no producidos o de Iujo.
Las cosechas quedaban en poder del campesino, si bien este debía entregar una parte al señor para contribuir al sostenimiento de la familia domínante y del aparato burocrático. La recompensa por esta cesión era doble, por un lado, el linaje gobernante aseguraba la existencia de los campesinos en épocas de crisis al suministrarles alimentos y ropasprocedentes de los almacenes del Estado; por el otro, efectuaba los ritos necesarios para atraerse el favor de los dioses de la lluvia y la vegetación.
La ausencia de excedentes de producción, unida a la división sexual del trabajo existente en la familia maya, impidió la aparición del comercio, salvo el que se daba entre las distintas ciudades-estado, y que consistía básicamente en bienes insuficientes, no producidos o de Iujo.
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